Recorrido virtual

7.1 Cuarto de transportes

Luego de su arribo al campo de prisioneros, los recién llegados iban a dar, primero que nada, al cuarto de transportes en el edificio de la intendencia. La denominación en alemán de este espacio es el sustantivo compuesto Schubraum. Schub proviene del lenguaje carcelario y significa transporte de prisioneros, Raum es cuarto. Era, pues, en el cuarto de transportes donde se sometía a los prisioneros recién llegados al humillante procedimiento de ingreso al campo, era aquí donde sufrían la pérdida violenta de sus derechos y de sus libertades individuales.

Entre las columnas, una hilera de mesas dividía el espacio en dos. Atrás de las mesas estaban los prisioneros que, de pie y forzados por la SS, trabajaban en lo que se llamaba la “administración de bienes de prisioneros”. La SS obligaba a los prisioneros recién llegados a desnudarse y a hacer entrega de su ropa y todos sus objetos personales. Los prisioneros al otro lado de las mesas recibían sus pertenencias y las registraban. Los recién llegados, ya desnudos, iban entonces al baño de prisioneros, próximo al cuarto de transportes.

La organización actual del espacio, ya como sala de exposiciones, se basa en la distribución espacial histórica del cuarto de transportes. Ahí donde estaban las mesas se encuentran hoy las vitrinas que, entre otras cosas, muestran efectos originales que pertenecieron a antiguos prisioneros. En el año 2000 quedó al descubierto la inscripción en la pared que dice: “Se prohíbe fumar”.

El cuarto de transporte está dividido al medio por columnas ordenadas a lo largo. Las vitrinas colocadas entre las columnas marcan el lugar en que había grandes mesas de madera con ficheros durante el funcionamiento del campo.

Exposición principal en el antiguo cuarto de transportes, 2017 (Monumento Conmemorativo del campo de concentración de Dachau)

“Habíamos dejado de ser personas. Todo parecía estar presto a linchar la vergüenza en el ser humano, a romper su voluntad y a someter al prisionero en una mísera obediencia ciega. Lo mismo daba si alguien valía desde el punto de vista intelectual o moral, todos éramos iguales y a todos se nos tildaba de criminales.”

Informe testimonial acerca del humillante procedimiento de ingreso; Hans Carls, prisionero del campo de concentración de Dachau de 1942 a 1945